

Del dolor al despertar
Durante muchos años viví buscando amor, reconocimiento y sentido en lugares donde no lo encontraba. Como médica formada en el sistema tradicional, aprendí a silenciar síntomas y seguir exigencias externas, creyendo que así debía ser.
La muerte de mi tío, mi gran confidente, fue un punto de quiebre. Su partida me sumió en un dolor profundo, pero también abrió la puerta a mi transformación.
Descubrí que mi mente estaba condicionada por creencias que no había elegido y que me hacían sufrir. Comprendí que más allá de los pensamientos existe una consciencia que guía y sostiene. Desde ese lugar comencé a sanar.







